Punta Paloma, una de las mejores playas de Tarifa

Punta Paloma: descubriendo una de las mejores playas de Tarifa

Las playas de Tarifa (Cádiz) tienen fama mundial por su belleza natural, casi salvaje. Hoy os queremos presenta la que, a nuestros ojos, es una de las más bellas: Punta Paloma.

Perteneciente al municipio de Tarifa, Punta Paloma es una playa que se encuentra a los pies de una de las dunas más impresionantes de España. Increíblemente conocida por surfistas por las olas y el viento que ayudan a formar la enorme duna de arena fina y dorada, este pequeño paraíso hasta ahora de difícil acceso tiene mucho que ofrecer.

La Duna

Formada por la arena arrastrada por los vientos de levante, este monumento natural lleva dando problemillas desde hace ya algunos años, ya que su enorme tamaño y fuerza invaden la pequeña carretera y destrozan el vallado que intenta retenerla. Aunque esto sólo la hace más interesante, se ha comenzado a trasladar su arena a otras playas, por lo que éste es uno de esos misterios que hay que ir a ver antes de que desaparezcan.

¿Y más allá?

Pues más allá, siguiendo por la mencionada carretera, encontraremos la antigua base militar que cortaba el paso hasta hace poco. En la playa de ésta se encuentra el conocido como corralillo, al que podemos llegar tanto por la escurridiza bajada a la playa, entre pequeños cañaverales, como por la orilla – cuidado a la vuelta, que las mareas son traicioneras y te pueden obligar a volver por la carretera ;).
El corralillo es, como su nombre indica, un cercado de piedras que protegen una zona de la playa de agua cristalina de las fuertes olas que rompen contra las grandes rocas. Al lado de éste, encontramos una enorme expansión de roca pulida por el mar que, aunque algo resbaladiza, es genial para entretenerse buscando cangrejos, lapas, pequeños camarones e incluso algún que otro pulpo.

Por último…

Los baños de barro. Útiles o no para cuidar la piel, los baños de barro son otro de los entretenimientos que encontramos de forma natural en Punta Paloma. Se trata de una roca caliza que encontramos en algunas zonas húmedas, formando un tipo de fango con el que la gente gusta de embadurnarse, tanto por sus propiedades dermatológicas como por diversión.

¿Y dónde comemos?

Llevar comida es lo mejor para disfrutar de la puesta de sol y observar los diminutos coches del otro lado del estrecho, que pasean de lado a lado perdiéndose por la costa Africana.

¿Te gusta el plan? Esperamos que ahora con el buen tiempo puedas acercarte a esta pequeña esquina de Europa y disfrutar de un lugar de los que pocos quedan. Cuida de él y disfruta de la experiencia.

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