Conoce Aracena en 48 horas
Por la carretera de la sierra norte de Huelva encontramos uno de los pueblos más famosos del Sur de España: Aracena, el pueblo de la Gruta de las Maravillas.
Pero ir a Aracena a ver la Gruta de las Maravillas es como comprar un pastel y comerse nada más que la guinda. A continuación, te mostramos cómo conocer lo más profundo de la Sierra de Huelva, literal y metafóricamente, y en 48 horas.
Aracena: primer día
Hay tres cosas a destacar de Aracena: sus paisajes, su gastronomía y su cultura. Llegando al pueblo justo antes de comer, lo más recomendable es aparcar junto a la venta La Reja, conocida por todos los agricultores y ganaderos, ya que está situada junto al sendero que lleva a la reserva natural.
Por un módico precio, puedes disfrutar de tapas y raciones más que generosas, de una buena cerveza y de la compañía de vecinos y camareros.
Para bajar la comida, nada mejor que un paseo por un parque natural repleto de castaños, encinas y alcornoques, por el que, según la época del año, podremos disfrutar de vistas tales como las de los castaños rojizos, la saca del corcho, la recogida de las setas o, en algunos días de invierno, el campo nevado. Este paseo se puede hacer también a caballo o incluso en mountain bike.
A la hora de la cena, te recomendamos -sobre todo en temporada micológica- ir a cenar al restaurante Montecruz. Más formal que la venta, elabora platos riquísimos con setas recién recogidas de la sierra. En cuanto a hospedaje destaca el Hotel Convento Aracena. Restauración de un convento del S. XVII, cuenta con piscina y spa. Si buscas algo más sencillo, el hostal rural El Molino del Bombo es un acogedor hotel con fácil aparcamiento.
Al castillo que corona Aracena es mejor ir por la noche tras el paseo, disfrutando del anochecer, o por la mañana antes de la hora de calor. La Gruta de las Maravillas es mejor cuando el sol está en alto, ya que al ser subterránea hace siempre fresquito ;).
Aracena: segundo día
A la mañana siguente te recomendamos ir a Linares de la Sierra a almorzar, una pequeña aldea a 20 minutos en coche que alberga uno de los restaurantes que mejor conserva la gastronomía de la sierra: Arrieros. Situado en una acogedora casa de Linares y montado por una pareja nacida en el pueblo, que trabajaba en Madrid y que abandonó у la capital en busca de una vida más tranquila para criar a sus hijos. El perfecto toque moderno a la comida tradicional.
Evidentemente, tras el almuerzo, la aldea aunque muy pequeña, se merece una hora de paseo para contemplar los paisajes del valle antes de volver al hotel a descansar. Antes de ir a la cama, si es que aún te queda hambre, en Aracena se encuentra la taberna El Rincón de Juan. Situada en donde su nombre indica, toda tapa que te tomes, estará de rechupete 😉
Y terminándose ya nuestras 48 horas, al despertar, antes de partir, si uno quiere coger fuerzas para coger el coche, al lado del mercado ponen un chocolate con churros famoso en todo el pueblo.
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